jueves, 9 de febrero de 2017

RÉGIMEN CAMBIARIO (CAJA DE CONVERSIÓN)

1.     Introducción

La caja de conversión apareció a mediados de los años 1800 y fueron muy comunes hasta mediados del siglo siguiente. A partir de 1950, cuando se inicia un fuerte proceso de descolonización en África, Asia, el Caribe y el Medio Oriente, la desaparición de las cajas de conversión empieza a ceder espacio a los bancos centrales que aparecen luego de la independencia política. Es así como la mayoría de las cajas de conversión fueron reemplazadas por bancos centrales a comienzos de 1970. Las cajas de conversión solo sobrevivieron en países pequeños como las Bermudas, las Islas Faeroe, las Islas Malvinas, las Islas Caimán y Gibraltar. Sin embargo, a medida que el sistema de banca central se volvía incapaz de proveer estabilidad económica a las economías en desarrollo, las cajas de conversión volvieron a ser una alternativa atractiva en la última década.
Hong Kong y Argentina, entre otros países, han implementado una caja de conversión en las dos últimas décadas y el éxito de las mismas ha sido catalogado por algunos como "asombroso". Las principales razones que motivaron este renovado interés por las cajas de conversión tienen que ver con la necesidad de confrontar experiencias inflacionarias persistentes y la necesidad de adoptar un sistema monetario que garantice la estabilidad financiera.

En ese contexto, el presente documento analiza que es una caja de conversión partiendo del supuesto de que el régimen cambiario está basado en un compromiso legislativo por el cual se debe cambiar la moneda nacional por una extranjera específica a un tipo de cambio determinado, para tal efecto, las autoridades emisoras aceptan ciertas restricciones que permitan cumplir con su obligación legal,  además se analiza el esquema clásico u ortodoxo de una caja de conversión en donde se dice que el banco central no podría ser prestamista de última instancia, para los bancos que presenten problemas financieros, ni podría participar en operaciones de mercado abierto; analizaremos las características en este régimen cambiario(caja de conversión), la oferta de dinero y por ultimo de forma breve la experiencia de la convertibilidad en la República Argentina que aplicó en 1899 la llamada “Caja de Conversión” mediante el establecimiento legal del patrón oro. El periodo en que funcionó el mecanismo fue de gran prosperidad, pero luego lo abandono antes de la primera guerra mundial por temor de una fuga de metal hacia los países que habían abandonado el patrón oro. Entonces analicemos los aspectos operativos del establecimiento de aquel mecanismo de caja de conversión.

2. Qué es una Caja de Conversión

Una caja de conversión es una institución monetaria que tiene la facultad de emitir billetes y monedas (y en algunos casos depósitos) que están completamente respaldados por una moneda extranjera que se utiliza como reserva y que tiene completa convertibilidad a la moneda de reserva a un tipo de cambio fijo. La moneda de reserva puede ser una moneda extranjera, o incluso una mercancía como el oro, que ha sido escogida por su estabilidad esperada. El país que emite las monedas de reservas es llamado el país reserva, como lo serían Inglaterra, los Estados Unidos o Alemania con la libra esterlina, el dólar o el marco alemán, respectivamente.
Como activos de reserva, una caja de conversión puede mantener títulos de poco riesgo que le generen intereses denominados en la moneda de reserva, pero siempre tiene que mantener reservas equivalentes al 100% o más de la emisión en moneda nacional, garantizando de ésta manera la plena convertibilidad y el tipo de cambio fijo. Por otro lado, a diferencia de un banco central usualmente no acepta depósitos, y cuando lo hace, estos también tienen que estar respaldados con las reservas de moneda extranjera en por lo menos el 100%. Los ingresos de la caja de conversión provienen de la diferencia entre los intereses obtenidos de las inversiones de sus reservas como activos que producen intereses y los gastos que se originan por mantener sus billetes y monedas en circulación. (Guerrero, 2007)
Este sistema supone la existencia de un Currency Board (Junta Monetaria) que emite moneda de reserva internacional (dólar) a un tipo de cambio totalmente fijo. Se requiere 100% de reservas en la moneda ancla contra la base monetaria emitida. Esta conversión es total para la moneda emitida por la Junta Monetaria y no para los depósitos bancarios denominados en moneda doméstica. La idea es que tal sistema garantice técnicamente la imposibilidad de una devaluación, ya que toda la moneda emitida (en rigor, la base monetaria) estaría cubierta por reservas internacionales. En caso de pérdida de reservas, la base monetaria se contraería, lo que induciría a una contracción de la masa monetaria y a un alza de la tasa de interés, hasta que el ataque contra la moneda se detendría por falta de incentivos (las tasas de interés alcanzarían un nivel en el que compensarían el riesgo de la devaluación) o de municiones (por la contracción monetaria). En la medida en que se desestimule a los especuladores, se evitarían el ataque y sus costos. (Villegas , Labarca, Acosta, & Hernández, 2002)
Sir Alan Welters (1997), la definió de la siguiente manera: “La característica principal de un sistema de caja de conversión es que ésta dispone cambiar moneda local por una moneda de reserva internacional a una determinada tasa fija. Para realizar esa función se requiere que la caja mantenga activos financieros realizables en moneda de aquella denominación al menos por un valor igual al de la moneda doméstica emitida”. (Málaga, 2007)
Una caja de conversión combina tres elementos: un tipo de cambio fijo entre la moneda de un país y una “moneda ancla”, convertibilidad automática y la decisión de mantener el sistema en el largo plazo, a menudo explícita en la ley del banco central. El principal objetivo de un país al considerar un régimen de caja de conversión es demostrar su determinación de llevar adelante una política antiinflacionaria.
Una caja de conversión sólo resulta creíble si el banco central mantiene suficientes reservas de divisas para cubrir por lo menos todos sus pasivos monetarios, dando seguridades de este modo a los mercados financieros y al público en general de que cada billete de moneda nacional está respaldado por un monto equivalente de moneda extranjera en las arcas estatales. La demanda de la moneda en un régimen de caja de conversión es mayor que la demanda de las monedas que no tienen este tipo de garantía puesto que los tenedores de la moneda saben que, en toda circunstancia, su dinero líquido podrá convertirse fácilmente en una de las principales monedas que se utilizan como divisa. Si esta situación llegara a producirse, según los creadores del sistema, hay estabilizadores automáticos que evitarían una salida masiva de divisas. (Gulde, 1999)

3.     Esquema clásico de la Caja de Conversión

La caja de conversión por su naturaleza no tiene poderes discrecionales, es decir, que el banco central no utiliza la oferta monetaria como herramienta correctiva. Dado que el tipo de cambio está fijo, la cantidad de dinero de la economía se ajusta automática o endógenamente. En ese sentido, las operaciones de la caja de conversión son completamente pasivas y automáticas, su única función es intercambiar moneda nacional por la moneda de respaldo a una tasa fija; por lo tanto, las fuerzas del mercado son las que determinan la oferta de dinero.
En un sistema de caja de conversión ortodoxa el banco central no podría ser prestamista de última instancia, para los bancos que presenten problemas financieros, ni podría participar en operaciones de mercado abierto. (Gonzáles, s.f.)

4.     Características de la Caja de Conversión

Existe un creciente interés por parte de los países en desarrollo en las cajas de conversión como medio de estabilizar el tipo de cambio e imponer orden en las condiciones económicas, en especial cuando, como ha sido usual, los sistemas convencionales como la operación de un banco central tradicional y la ejecución de una política monetaria activa no han sido efectivos en el logro de esos objetivos.
 Ese interés se ha traslapado con el del empleo de anclas nominales basadas en el tipo de cambio ya que, aunque el mecanismo tiene características propias, tiene mucho en común con el régimen convencional de tipo de cambio fijo, por lo cual gran parte del análisis sobre éste es aplicable a aquél. Por otra parte, aunque su análisis entra en el debate sobre las ventajas de los sistemas fijo versus flotante, en el caso de las cajas de conversión es importante la decisión de restringir por la vía legislativa el uso de algunos instrumentos de política lo que no ocurre usualmente bajo otros regímenes.
Bajo un sistema de caja de conversión, se acuerda suplir o redimir billetes de moneda local y, algunas veces, los depósitos de reserva de los bancos comerciales mantenidos en la caja de conversión, por otra moneda (normalmente una de amplia aceptación mundial) a un tipo de cambio establecido y de manera ilimitada.
Con un compromiso formal con la convertibilidad a un tipo de cambio fijo, la oferta monetaria sólo puede responder de manera pasiva a cambios en la demanda monetaria: si los ciudadanos desean mantener más moneda local, pueden cambiar sus activos en moneda extranjera a doméstica a la tasa cambiaria fija; si desean mantener más moneda extranjera, tienen la potestad de cambiar sus tenencias de moneda local por divisas al tipo fijo de cambio. Los efectos de estas normas son limitar las opciones de política económica del gobierno y asegurar a los residentes que no enfrentarán mayores riesgos al poseer moneda doméstica que extranjera.
Otra característica de una caja de conversión “pura” es la prohibición expresa de comprar o mantener títulos del gobierno o de empresas locales. Esto significa que una caja de conversión (a diferencia de un banco central) no puede funcionar como “prestamista de última instancia” sea del gobierno o de los bancos comerciales. (Méndez, 1997)

5.     Oferta de dinero en un sistema de caja de conversión

Un sistema típico de caja de conversión o junta monetaria depende, en su totalidad, de las fuerzas del mercado para determinar la cantidad de billetes y monedas que la caja de conversión emite. Las fuerzas del mercado también establecen los otros componentes de la oferta de dinero en un sentido más amplio (En los ejemplos ofrecidos, los depósitos del público en los bancos comerciales).
En un sistema de caja de conversión y, de igual forma en un sistema de banco central, los bancos comerciales actúan como intermediarios entre los prestamistas y los prestatarios. Un banco comercial no puede, por mucho tiempo, prestar más a los prestatarios que lo que los depositantes desearían prestarle al banco en forma de depósitos. Si un banco comercial presta en exceso, los prestatarios gastarán el exceso, por ejemplo con la emisión de cheques. En el sistema de pagos, son más los fondos que fluyen fuera del banco que los que manan hacia éste. Para evitar que el flujo externo lo conduzca a la bancarrota, el banco comercial guarda reservas. Los préstamos de los bancos comerciales están limitados por la necesidad de mantener suficientes reservas para permitir a los depositantes convertir sus depósitos en fondos líquidos cuando lo soliciten y soportarlos flujos hacia fuera de las reservas a través del sistema de pagos.
 Una caja de conversión típica no tiene un papel activo en la determinación de la base monetaria. Una tasa de cambio fija con la moneda de reserva y el requerimiento de que la caja de conversión mantenga el 100 por ciento de las reservas extranjeras, evita que ella aumente o disminuya la base monetaria a su propia discreción. Tampoco la caja de conversión tiene influencia sobre la relación entre la base monetaria y la oferta de dinero mediante la imposición de proporción de reservas (encaje), o de otras disposiciones para la regulación de los bancos comerciales. Por lo tanto, la oferta de dinero en un sistema de caja de conversión es totalmente determinada por las fuerzas del mercado. En contraste, un banco central típico puede aumentar o disminuir la base monetaria a discreción. Por ejemplo, puede prestarle a los bancos comerciales, creando reservas para ellos, incluso, si sus reservas extranjeras están disminuidas. Mayor cantidad de reservas tienden a permitir a los bancos comerciales hacer más préstamos, lo cual hacen creando depósitos para los prestatarios. Por lo tanto, la oferta de dinero aumenta. La disminución de la base monetaria tiende a tener el efecto opuesto. Además de cambiar la base monetaria, un banco central típico puede también influenciarla oferta de préstamos de bancos comerciales al cambiarles los requerimientos de encaje. (Hanke & Schuler, 1995)

6.     La Caja de Conversión Argentina

El sistema monetario argentino experimentó una profunda reorganización como consecuencia de la crisis de 1890. Hasta entonces la emisión monetaria estaba regida por la ley de Bancos Nacionales Garantidos. En función de esta ley eran los bancos los emisores de los billetes. La crisis llevo a la insolvencia a la mayoría de los bancos que debieron cerrar sus puertas. Entre ellos el Banco Nacional, cuya liquidación fue decidida, y el Banco de la Provincia de Buenos Aires, que solo reabrirá sus puertas 15 años más tarde.
En esas circunstancias se decide la creación de la Caja de Conversión que tomará a su cargo la emisión realizada por los Bancos Nacionales Garantidos. El Gobierno Nacional asumía la exclusividad en la emisión que ya no abandonaría.
La Caja de Conversión fue concebida como una institución destinada a asegurar el funcionamiento del patrón oro en su estado más puro. Su única función era entregar billetes contra el ingreso en sus cajas de oro y entregar oro contra la entrega de billetes. Se aseguraba así el mantenimiento del tipo de conversión de los billetes a oro y en consecuencia del tipo de cambio del peso argentino contra el resto de las monedas que, para aquellos años, estaban en los países centrales igualmente definidas en términos de oro. (Damill, Frenkel, & Maurizio, 2003)
La institución de la Junta Monetaria (llamada Caja de Conversión) existió desde 1890 hasta 1935, aun cuando en realidad funcionó como régimen de Junta Monetaria propiamente dicho únicamente desde 1902 hasta 1914 y luego desde 1927 hasta 1929. Hasta 1902, la Caja de Conversión no disponía prácticamente de reservas internacionales, con lo cual tuvo que seguir actuando como un emisor tradicional de dinero fiduciario. Las reservas de oro representaban en ese año apenas un 0.11 por ciento del circulante. Gracias a un mejoramiento de los términos de intercambio a partir de ese año, las reservas de oro llegaron a representar el 73 por ciento del circulante en 1913.
En opinión de Guillermo Calvo, dos circunstancias favorables hicieron posible el funcionamiento de la Caja de Conversión durante ese primer lapso de vida. En primer lugar, la inusitada bonanza externa, que se manifestó en un crecimiento de las exportaciones de cerca de 9 por ciento anual entre 1902 y 1913, generó un flujo permanente de reservas, con cuyo respaldo fue posible una considerable expansión monetaria. En segundo lugar, la Caja de Conversión argentina funcionó con más flexibilidad de la que suele atribuírsele en las simplificaciones de los libros de texto. El Banco de la Nación utilizó sistemáticamente su amplio stock de reservas (principalmente oro) para suavizar las fluctuaciones en la oferta monetaria, que se hubieran derivado de las inevitables fluctuaciones en la posición de balanza de pagos del país. De esta forma se atenuaba el elemento más perturbador del esquema de Junta Monetaria, como es el mecanismo automático de inflación/deflación para responder a shocks externos. (Purroy, 2000)
El funcionamiento del régimen de convertibilidad durante la crisis de 1995 reviste particular interés. La historia monetaria muestra cómo el sistema del patrón oro no enfrenta mayores dificultades cuando oro y divisas convertibles entran al país; las virtudes o inconvenientes del sistema se dan a conocer cuando se registra la situación contraria. El éxodo de capitales que tuvo lugar en Argentina durante el primer semestre de 1995, al que se asocian la pérdida de reservas y la disminución de los depósitos bancarios, tuvo ese efecto revelador. Interesa, pues, examinar cuál fue la respuesta del sistema monetario y bancario, en qué medida se pudieron mantener los principios de la convertibilidad y, en particular, si funcionó el ajuste automático que se esperaba en teoría, que excluía el recurso a un prestamista de última instancia.
El régimen de convertibilidad instituyó un nuevo funcionamiento del sistema bancario, cuya fuente principal de liquidez dejaba de ser el Banco Central y pasaba a ser el flujo de capitales externos. Al mismo tiempo, lo que ocurría en el sistema bancario tenía una importancia crucial para el mantenimiento de la convertibilidad. En lo que sigue exploraremos las relaciones recíprocas entre el nuevo marco monetario y cambiarlo y el funcionamiento del sistema bancario, considerando la cambiante coyuntura de los mercados de capital internacionales. (Calcagno, 1997)



7.     Conclusiones

La Caja de Conversión conceptualmente es el anclaje del tipo de cambio de una moneda nacional a una moneda extranjera. Una de las características preponderantes en este tipo de Modalidad o Régimen es que el dinero nacional es garantizado por activos foráneos o extranjeros, en cuenta de que estos son los que respaldan la moneda nacional convenida.
La Caja de Conversión tiene sus beneficios y sus contrariedades, los niveles de impactos de ambos puntos varían según el tratamiento que se le otorgue al modelo de Convertibilidad Cambiaria y al Tratamiento de las Variables Macroeconómicas del País en el que se esté aplicando este mecanismo. Varios países han utilizado este Instrumento Monetario para armonizar la turbulencia económica que pudieran haber estado sufriendo, en muchos casos fue exitoso pero no en otros. Los países que lograron éxito en la utilización de una Caja de Conversión son los que de alguna manera utilizaron este régimen para enfriar y controlar en lo inmediato algunas macro magnitudes tales como la inflación, desempleo y otros que afectaban descontroladamente la Economía Nacional, pero luego, una vez logrado esto, avanzaron hacia una reingeniería económica que les permitió salir del esquema de convertibilidad asumido en un inicio.
La Caja de Conversión se asemeja al alquiler de una buena vivienda, podrá ser bonita, cómoda, pero No es nuestra, mientras vivamos en ella veamos la forma de construir “lo propio”, hasta poder mudarnos a un hogar que responda a nuestra real y legítima propiedad, de hecho y por derecho. Aunque una caja de conversión no asegura una de las mejores políticas monetarias y cambiarias, bajo ciertas circunstancias, esa institución aparece como una de las pocas alternativas posibles.
Como conclusión diremos que la caja de conversión es preferible a la dolarización, porque:
1.      Preserva la identidad monetaria nacional.
2.      No ata  al país a las políticas monetarias y cambiarias de Estados Unidos.
3.      El país sigue recibiendo ingresos por señoreaje neto.
4.   Las reservas internacionales en US$ son mayores que cuando se dolariza, porque los dólares permanecen en el banco central.

Estas ventajas se presentan cuando se aplica una caja de conversión no ortodoxa como lo fue el caso de la republica de la Argentina.

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