1.
Introducción
La caja de
conversión apareció a mediados de los años 1800 y fueron muy comunes hasta
mediados del siglo siguiente. A partir de 1950, cuando se inicia un fuerte
proceso de descolonización en África, Asia, el Caribe y el Medio Oriente, la
desaparición de las cajas de conversión empieza a ceder espacio a los bancos
centrales que aparecen luego de la independencia política. Es así como la
mayoría de las cajas de conversión fueron reemplazadas por bancos centrales a
comienzos de 1970. Las cajas de conversión solo sobrevivieron en países pequeños
como las Bermudas, las Islas Faeroe, las Islas Malvinas, las Islas Caimán y
Gibraltar. Sin embargo, a medida que el sistema de banca central se volvía
incapaz de proveer estabilidad económica a las economías en desarrollo, las
cajas de conversión volvieron a ser una alternativa atractiva en la última
década.
Hong Kong y
Argentina, entre otros países, han implementado una caja de conversión en las
dos últimas décadas y el éxito de las mismas ha sido catalogado por algunos
como "asombroso". Las principales razones que motivaron este renovado
interés por las cajas de conversión tienen que ver con la necesidad de
confrontar experiencias inflacionarias persistentes y la necesidad de adoptar
un sistema monetario que garantice la estabilidad financiera.
En ese contexto, el
presente documento analiza que es una caja de conversión partiendo del supuesto
de que el régimen cambiario está basado en un compromiso legislativo
por el cual se debe cambiar la moneda nacional por una extranjera específica a
un tipo de cambio determinado, para tal efecto, las autoridades
emisoras aceptan ciertas restricciones que permitan cumplir con su obligación
legal, además se analiza el esquema clásico u ortodoxo de una caja de
conversión en donde se dice que el banco central no podría ser prestamista de
última instancia, para los bancos que presenten problemas financieros, ni
podría participar en operaciones de mercado abierto; analizaremos las
características en este régimen cambiario(caja de conversión), la oferta de
dinero y por ultimo de forma breve la experiencia de la convertibilidad en la
República Argentina que aplicó en 1899 la llamada “Caja de Conversión” mediante
el establecimiento legal del patrón oro. El periodo en que funcionó el
mecanismo fue de gran prosperidad, pero luego lo abandono antes de la primera
guerra mundial por temor de una fuga de metal hacia los países que habían
abandonado el patrón oro. Entonces analicemos los aspectos operativos del
establecimiento de aquel mecanismo de caja de conversión.
2. Qué es una Caja de Conversión
Una caja de conversión es una institución
monetaria que tiene la facultad de emitir billetes y monedas (y en algunos
casos depósitos) que están completamente respaldados por una moneda extranjera
que se utiliza como reserva y que tiene completa convertibilidad a la moneda de
reserva a un tipo de cambio fijo. La moneda de reserva puede ser una moneda
extranjera, o incluso una mercancía como el oro, que ha sido escogida por su
estabilidad esperada. El país que emite las monedas de reservas es llamado el
país reserva, como lo serían Inglaterra, los Estados Unidos o Alemania con la
libra esterlina, el dólar o el marco alemán, respectivamente.
Como activos de reserva, una caja de
conversión puede mantener títulos de poco riesgo que le generen intereses
denominados en la moneda de reserva, pero siempre tiene que mantener reservas
equivalentes al 100% o más de la emisión en moneda nacional, garantizando de
ésta manera la plena convertibilidad y el tipo de cambio fijo. Por otro lado, a
diferencia de un banco central usualmente no acepta depósitos, y cuando lo
hace, estos también tienen que estar respaldados con las reservas de moneda
extranjera en por lo menos el 100%. Los ingresos de la caja de conversión
provienen de la diferencia entre los intereses obtenidos de las inversiones de
sus reservas como activos que producen intereses y los gastos que se originan
por mantener sus billetes y monedas en circulación. (Guerrero,
2007)
Este sistema supone la existencia de un
Currency Board (Junta Monetaria) que emite moneda de reserva internacional
(dólar) a un tipo de cambio totalmente fijo. Se requiere 100% de reservas en la
moneda ancla contra la base monetaria emitida. Esta conversión es total para la
moneda emitida por la Junta Monetaria y no para los depósitos bancarios
denominados en moneda doméstica. La idea es que tal sistema garantice
técnicamente la imposibilidad de una devaluación, ya que toda la moneda emitida
(en rigor, la base monetaria) estaría cubierta por reservas internacionales. En
caso de pérdida de reservas, la base monetaria se contraería, lo que induciría
a una contracción de la masa monetaria y a un alza de la tasa de interés, hasta
que el ataque contra la moneda se detendría por falta de incentivos (las tasas
de interés alcanzarían un nivel en el que compensarían el riesgo de la
devaluación) o de municiones (por la contracción monetaria). En la medida en
que se desestimule a los especuladores, se evitarían el ataque y sus costos. (Villegas ,
Labarca, Acosta, & Hernández, 2002)
Sir Alan Welters (1997), la definió de la
siguiente manera: “La característica principal de un sistema de caja de
conversión es que ésta dispone cambiar moneda local por una moneda de reserva
internacional a una determinada tasa fija. Para realizar esa función se
requiere que la caja mantenga activos financieros realizables en moneda de
aquella denominación al menos por un valor igual al de la moneda doméstica
emitida”. (Málaga, 2007)
Una caja de conversión combina tres
elementos: un tipo de cambio fijo entre la moneda de un país y una “moneda
ancla”, convertibilidad automática y la decisión de mantener el sistema en el
largo plazo, a menudo explícita en la ley del banco central. El principal
objetivo de un país al considerar un régimen de caja de conversión es demostrar
su determinación de llevar adelante una política antiinflacionaria.
Una caja de conversión sólo resulta creíble
si el banco central mantiene suficientes reservas de divisas para cubrir por lo
menos todos sus pasivos monetarios, dando seguridades de este modo a los
mercados financieros y al público en general de que cada billete de moneda
nacional está respaldado por un monto equivalente de moneda extranjera en las
arcas estatales. La demanda de la moneda en un régimen de caja de conversión es
mayor que la demanda de las monedas que no tienen este tipo de garantía puesto
que los tenedores de la moneda saben que, en toda circunstancia, su dinero
líquido podrá convertirse fácilmente en una de las principales monedas que se
utilizan como divisa. Si esta situación llegara a producirse, según los
creadores del sistema, hay estabilizadores automáticos que evitarían una salida
masiva de divisas. (Gulde, 1999)
3. Esquema clásico de la Caja de Conversión
La caja
de conversión por su naturaleza no tiene poderes discrecionales, es decir, que
el banco central no utiliza la oferta monetaria como herramienta correctiva.
Dado que el tipo de cambio está fijo, la cantidad de dinero de la economía se
ajusta automática o endógenamente. En ese sentido, las operaciones de la caja
de conversión son completamente pasivas y automáticas, su única función es
intercambiar moneda nacional por la moneda de respaldo a una tasa fija; por lo
tanto, las fuerzas del mercado son las que determinan la oferta de dinero.
En un
sistema de caja de conversión ortodoxa el banco central no podría ser
prestamista de última instancia, para los bancos que presenten problemas
financieros, ni podría participar en operaciones de mercado abierto. (Gonzáles,
s.f.)
4. Características de la Caja de
Conversión
Existe un creciente interés por parte de
los países en desarrollo en las cajas de conversión como medio de estabilizar
el tipo de cambio e imponer orden en las condiciones económicas, en especial
cuando, como ha sido usual, los sistemas convencionales como la operación de un
banco central tradicional y la ejecución de una política monetaria activa no
han sido efectivos en el logro de esos objetivos.
Ese
interés se ha traslapado con el del empleo de anclas nominales basadas en el
tipo de cambio ya que, aunque el mecanismo tiene características propias, tiene
mucho en común con el régimen convencional de tipo de cambio fijo, por lo cual
gran parte del análisis sobre éste es aplicable a aquél. Por otra parte, aunque
su análisis entra en el debate sobre las ventajas de los sistemas fijo versus
flotante, en el caso de las cajas de conversión es importante la decisión de
restringir por la vía legislativa el uso de algunos instrumentos de política lo
que no ocurre usualmente bajo otros regímenes.
Bajo un sistema de caja de conversión, se
acuerda suplir o redimir billetes de moneda local y, algunas veces, los
depósitos de reserva de los bancos comerciales mantenidos en la caja de
conversión, por otra moneda (normalmente una de amplia aceptación mundial) a un
tipo de cambio establecido y de manera ilimitada.
Con un compromiso formal con la
convertibilidad a un tipo de cambio fijo, la oferta monetaria sólo puede
responder de manera pasiva a cambios en la demanda monetaria: si los ciudadanos
desean mantener más moneda local, pueden cambiar sus activos en moneda
extranjera a doméstica a la tasa cambiaria fija; si desean mantener más moneda
extranjera, tienen la potestad de cambiar sus tenencias de moneda local por
divisas al tipo fijo de cambio. Los efectos de estas normas son limitar las
opciones de política económica del gobierno y asegurar a los residentes que no
enfrentarán mayores riesgos al poseer moneda doméstica que extranjera.
Otra característica de una caja de
conversión “pura” es la prohibición expresa de comprar o mantener títulos del
gobierno o de empresas locales. Esto significa que una caja de conversión (a
diferencia de un banco central) no puede funcionar como “prestamista de última
instancia” sea del gobierno o de los bancos comerciales. (Méndez, 1997)
5.
Oferta de dinero en un sistema
de caja de conversión
Un sistema típico de caja de conversión o
junta monetaria depende, en su totalidad, de las fuerzas del mercado para
determinar la cantidad de billetes y monedas que la caja de conversión emite. Las
fuerzas del mercado también establecen los otros componentes de la oferta de
dinero en un sentido más amplio (En los ejemplos ofrecidos, los depósitos del
público en los bancos comerciales).
En un sistema de caja de conversión y, de
igual forma en un sistema de banco central, los bancos comerciales actúan como
intermediarios entre los prestamistas y los prestatarios. Un banco comercial no
puede, por mucho tiempo, prestar más a los prestatarios que lo que los
depositantes desearían prestarle al banco en forma de depósitos. Si un banco
comercial presta en exceso, los prestatarios gastarán el exceso, por ejemplo
con la emisión de cheques. En el sistema de pagos, son más los fondos que
fluyen fuera del banco que los que manan hacia éste. Para evitar que el flujo
externo lo conduzca a la bancarrota, el banco comercial guarda reservas. Los
préstamos de los bancos comerciales están limitados por la necesidad de
mantener suficientes reservas para permitir a los depositantes convertir sus
depósitos en fondos líquidos cuando lo soliciten y soportarlos flujos hacia
fuera de las reservas a través del sistema de pagos.
Una
caja de conversión típica no tiene un papel activo en la determinación de la
base monetaria. Una tasa de cambio fija con la moneda de reserva y el
requerimiento de que la caja de conversión mantenga el 100 por ciento de las
reservas extranjeras, evita que ella aumente o disminuya la base monetaria a su
propia discreción. Tampoco la caja de conversión tiene influencia sobre la
relación entre la base monetaria y la oferta de dinero mediante la imposición
de proporción de reservas (encaje), o de otras disposiciones para la regulación
de los bancos comerciales. Por lo tanto, la oferta de dinero en un sistema de
caja de conversión es totalmente determinada por las fuerzas del mercado. En
contraste, un banco central típico puede aumentar o disminuir la base monetaria
a discreción. Por ejemplo, puede prestarle a los bancos comerciales, creando
reservas para ellos, incluso, si sus reservas extranjeras están disminuidas.
Mayor cantidad de reservas tienden a permitir a los bancos comerciales hacer
más préstamos, lo cual hacen creando depósitos para los prestatarios. Por lo
tanto, la oferta de dinero aumenta. La disminución de la base monetaria tiende
a tener el efecto opuesto. Además de cambiar la base monetaria, un banco
central típico puede también influenciarla oferta de préstamos de bancos
comerciales al cambiarles los requerimientos de encaje. (Hanke &
Schuler, 1995)
6. La Caja de Conversión Argentina
El sistema monetario argentino experimentó
una profunda reorganización como consecuencia de la crisis de 1890. Hasta
entonces la emisión monetaria estaba regida por la ley de Bancos Nacionales
Garantidos. En función de esta ley eran los bancos los emisores de los
billetes. La crisis llevo a la insolvencia a la mayoría de los bancos que
debieron cerrar sus puertas. Entre ellos el Banco Nacional, cuya liquidación
fue decidida, y el Banco de la Provincia de Buenos Aires, que solo reabrirá sus
puertas 15 años más tarde.
En esas circunstancias se decide la
creación de la Caja de Conversión que tomará a su cargo la emisión realizada
por los Bancos Nacionales Garantidos. El Gobierno Nacional asumía la
exclusividad en la emisión que ya no abandonaría.
La Caja de Conversión fue concebida como
una institución destinada a asegurar el funcionamiento del patrón oro en su
estado más puro. Su única función era entregar billetes contra el ingreso en
sus cajas de oro y entregar oro contra la entrega de billetes. Se aseguraba así
el mantenimiento del tipo de conversión de los billetes a oro y en consecuencia
del tipo de cambio del peso argentino contra el resto de las monedas que, para
aquellos años, estaban en los países centrales igualmente definidas en términos
de oro. (Damill, Frenkel, & Maurizio,
2003)
La institución de la Junta Monetaria
(llamada Caja de Conversión) existió desde 1890 hasta 1935, aun cuando en
realidad funcionó como régimen de Junta Monetaria propiamente dicho únicamente desde
1902 hasta 1914 y luego desde 1927 hasta 1929. Hasta 1902, la Caja de
Conversión no disponía prácticamente de reservas internacionales, con lo cual
tuvo que seguir actuando como un emisor tradicional de dinero fiduciario. Las
reservas de oro representaban en ese año apenas un 0.11 por ciento del
circulante. Gracias a un mejoramiento de los términos de intercambio a partir
de ese año, las reservas de oro llegaron a representar el 73 por ciento del
circulante en 1913.
En opinión de Guillermo Calvo, dos
circunstancias favorables hicieron posible el funcionamiento de la Caja de
Conversión durante ese primer lapso de vida. En primer lugar, la inusitada
bonanza externa, que se manifestó en un crecimiento de las exportaciones de
cerca de 9 por ciento anual entre 1902 y 1913, generó un flujo permanente de
reservas, con cuyo respaldo fue posible una considerable expansión monetaria.
En segundo lugar, la Caja de Conversión argentina funcionó con más flexibilidad
de la que suele atribuírsele en las simplificaciones de los libros de texto. El
Banco de la Nación utilizó sistemáticamente su amplio stock de reservas
(principalmente oro) para suavizar las fluctuaciones en la oferta monetaria,
que se hubieran derivado de las inevitables fluctuaciones en la posición de
balanza de pagos del país. De esta forma se atenuaba el elemento más
perturbador del esquema de Junta Monetaria, como es el mecanismo automático de
inflación/deflación para responder a shocks externos. (Purroy, 2000)
El funcionamiento del régimen de
convertibilidad durante la crisis de 1995 reviste particular interés. La
historia monetaria muestra cómo el sistema del patrón oro no enfrenta mayores
dificultades cuando oro y divisas convertibles entran al país; las virtudes o
inconvenientes del sistema se dan a conocer cuando se registra la situación
contraria. El éxodo de capitales que tuvo lugar en Argentina durante el primer
semestre de 1995, al que se asocian la pérdida de reservas y la disminución de
los depósitos bancarios, tuvo ese efecto revelador. Interesa, pues, examinar
cuál fue la respuesta del sistema monetario y bancario, en qué medida se
pudieron mantener los principios de la convertibilidad y, en particular, si
funcionó el ajuste automático que se esperaba en teoría, que excluía el recurso
a un prestamista de última instancia.
El régimen de convertibilidad instituyó un
nuevo funcionamiento del sistema bancario, cuya fuente principal de liquidez
dejaba de ser el Banco Central y pasaba a ser el flujo de capitales externos.
Al mismo tiempo, lo que ocurría en el sistema bancario tenía una importancia
crucial para el mantenimiento de la convertibilidad. En lo que sigue
exploraremos las relaciones recíprocas entre el nuevo marco monetario y
cambiarlo y el funcionamiento del sistema bancario, considerando la cambiante
coyuntura de los mercados de capital internacionales. (Calcagno, 1997)
7. Conclusiones
La Caja de
Conversión conceptualmente es el anclaje del tipo de cambio de una
moneda nacional a una moneda extranjera. Una de las características
preponderantes en este tipo de Modalidad o Régimen es que el dinero nacional es
garantizado por activos foráneos o extranjeros, en cuenta de que estos son los
que respaldan la moneda nacional convenida.
La Caja de
Conversión tiene sus beneficios y sus contrariedades, los niveles de impactos
de ambos puntos varían según el tratamiento que se le otorgue al modelo de Convertibilidad
Cambiaria y al Tratamiento de las Variables Macroeconómicas del País en el
que se esté aplicando este mecanismo. Varios países han utilizado este
Instrumento Monetario para armonizar la turbulencia económica que pudieran
haber estado sufriendo, en muchos casos fue exitoso pero no en otros. Los
países que lograron éxito en la utilización de una Caja de Conversión son los
que de alguna manera utilizaron este régimen para enfriar y controlar en lo
inmediato algunas macro magnitudes tales como la inflación, desempleo y
otros que afectaban descontroladamente la Economía Nacional, pero luego, una
vez logrado esto, avanzaron hacia una reingeniería económica que les permitió
salir del esquema de convertibilidad asumido en un inicio.
La Caja de
Conversión se asemeja al alquiler de una buena vivienda, podrá ser bonita,
cómoda, pero No es nuestra, mientras vivamos en ella veamos la forma de
construir “lo propio”, hasta poder mudarnos a un hogar que responda a nuestra
real y legítima propiedad, de hecho y por derecho. Aunque una caja de conversión
no asegura una de las mejores políticas monetarias y cambiarias, bajo ciertas
circunstancias, esa institución aparece como una de las pocas alternativas
posibles.
Como conclusión diremos
que la caja de conversión es preferible a la dolarización, porque:
1.
Preserva la identidad monetaria
nacional.
2.
No ata al país a las políticas monetarias y
cambiarias de Estados Unidos.
3.
El país sigue recibiendo
ingresos por señoreaje neto.
4. Las reservas internacionales en
US$ son mayores que cuando se dolariza, porque los dólares permanecen en el
banco central.
Estas ventajas se
presentan cuando se aplica una caja de conversión no ortodoxa como lo fue el
caso de la republica de la Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario